CATEDRAL DE SANTA MARÍA Y SAN JULIÁN DE CUENCA
En 1177, el rey Alfonso VIII de Castilla reconquista Cuenca, y la constituye como sede episcopal en el año 1183.
Inspira la construcción de la catedral la esposa de Alfonso VIII, Leonor de Inglaterra o Plantagenet, hija del rey Enrique II Plantagenet de Inglaterra y de Leonor de Aquitania, hermana de Ricardo Corazón de León.
En esta época, el estilo constructivo era el románico, pero la influencia normanda de la corte del rey Alfonso VIII, hizo que la construcción de la catedral de Cuenca fuera de estilo Gótico, siendo la primera catedra de este estilo en Castilla junto con la catedral de Ávila, ligado a los maestros de la Champaña francesa.
Las obres de la catedral se iniciaron en 1196 y se concluyó en el año 1257, aunque, como la mayoría de los edificios religiosos, ha sufrido transformaciones a lo largo de los siglos.
En el siglo XV se reconstruyó la cabecera gótica, en el siglo XVI se renovó casi por completo el exterior de la catedral, en el siglo XVII se construyó la capilla del Sagrario y se reformó la fachada y las torres en estilo barroco, en el siglo XVIII se construyó un nuevo altar mayor, y a principios del siglo XX, a causa de un derrumbamiento, se reconstruyó la fachada siguiendo el estilo original.
Lo más destacado es el estilo gótico anglonormando y franconormando del siglo XII, en el siglo XVIII, reclaman los servicios del arquitecto Ventura Rodríguez para levantar un Transparente, "ventana de cristales que ilumina y adorna el fondo de un altar", rivalizando con el que levanto Narciso Tomé en la catedral de Toledo. Las estatuas del altar mayor que es del siglo XVIII se deben al trabajo de Pascual Bocciardo, y en el siglo XX, se reconstruyó la fachada al estilo neogótico por Vicente Lampérez.
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